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30 de junio de 2013

Para algunas personas los detalles más insignificantes determinan el destino.

14 de junio de 2013

4/21

Ya empiezo con agobios y rayadas. Junio, los temibles globales.Exámenes finales, donde me juego lo que se dice el curso entero. Las apariencias engañan, puede que me veáis como una chica muy buena, con dices y ochos en sus notas, muy madura en casi todos aspectos. Y la verdad, es que...no.
No soy lo que sida muy 'buena' he causado más de 1 problema, sin intención lo más ''bueno'', mis notas no son de ochos y dieces, sino, sietes, seis, cincos raspados , cuatros...tres...y algún dos de por medio. ¿Muy vaga, no? sí. Mucho...pero cuando quiero puedo y me pongo. En el caso de ser madura, al cabo que va pasando el tiempo, me noto hasta yo misma que voy siendo responsable y trabajadora aunque me cueste mucho.
Lo que vengo diciendo es que hoy día 14 de Junio hasta 21 de Junio, puedo salvar mi curso, mi vida. ¿Qué más me podéis decir? ¡ÁNIMO y...suerte!

9 de junio de 2013

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'Lo que es destinado para ti pronto o tarde lo tendrás' ¿Y si uno de los dos se cambia de vagón, sabiendo su destino?

4 de junio de 2013

No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que sus miradas... Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da. Pero además le he visto serio ser él mismo y en serio que eso no se puede escribir en un poema, y qué fácil parece a veces enamorarse. Todo eso de que él puede llegar a ser ese puto único motivo de seguir con la autodestrucción en cualquier momento... Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor es un cuento, porque, los mejores besos son esos que se dan con esas miradas tan penetrantes, clavadas. Así que supondréis que yo soy la primera que entiende que perder la cabeza por sus ojos y el sentido por sus palabras y el alma por un mínimo roce de mejilla. Que las suspicacias, los disimulos cuando él pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte son algo con lo que ya cuento. Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos. Que yo también le veo. Que sé como agacha la cabeza, levanta la mirada y se muerde el labio superior. Que conozco su voz en formato susurro y en formato secreto, Que yo también he memorizado su numero de teléfono pero también el numero de sus escalones de su casa. Que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna (y mira que hay tontas enamoradas en este mundo). Que sé la cara que pone cuando deja ser completamente él, rendido a ese puto milagro que supone que exista. Que le he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos, y tal secretos reguardados. Formando un charco de arena rompiendo todos los relojes que le puso el camino, y hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana: Solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre. Que yo escribo sobre lo mismo sobre él. Que razones tenemos todas. Pero yo... no sé cuantas.

1 de junio de 2013

               


 No he de callar, por más que con el dedo diga,
 ya tocando la boca, o ya la frente,
  silencio avises o amenaces miedo.
  ¿No ha de haber un espíritu valiente?
     ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?



                            F.Quevedo

·Desde lo más grandes de la literatura. Ellos ya se lo preguntaban.